Después de levantarme temprano, como es usual, presentí
que iba a ser una gran jornada. Llegue súper temprano a la universidad y
esperando en la cafetería me di cuenta de algo, si existen personas con ganas de
hacer un cambio ecológico y dejar una huella, sin importar que sean ingenieros,
diseñadores o diplomáticos. Al ver un grupo grandecito, me pregunte “¿Cuántos de ellos están aquí por una foto o
simplemente, para hacer acto de presencia? Al pasar el tiempo, todos vimos que
aquí había bastante trabajo y muy muy poco tiempo para estar de “farándula”. El
trabajo fue agotador, tanto enfrente del lobby, como al fondo del parqueo. Sin
embargo, sin importar lo pesado del trabajo, todos trabajamos con gran
entusiasmo y mucha, pero mucha voluntad. Aun cuando nos dimos cuenta que
estábamos trabajando no tan bien, nuestros ánimos no se bajaron y con la ayuda
de un respetable ingeniero, no solo hicimos nuestro trabajo, sino un trabajo de
calidad.
En lo personal, me
enamore del proyecto de comienzo a fin. Hoy puedo decir, aun con marcas en
mis manos de aquel viernes, que la iniciativa “Nicaragua se viste de verde” me
dejó una gran experiencia. Pienso
que ha sido hasta el momento lo mejor que he podido hacer por la UAM, por
nosotros, por las futuras generaciones, y para aportar mi grano de arena a
nuestra querida TIERRA.
En conclusión, quiero
agradecer a los representantes de “Nicaragua se viste de verde”, a mis
compañeros, al staff de la UAM, al papá de la Adriana (el ingeniero), y a todos
por su colaboración, entusiasmo y trabajo en este proyecto.
Espero aportar más y si
quieres aportar más conmigo ¡no dudes en contactarnos! Simplemente, DO!
- Oscar Gómez.